Fosfolípidos: la forma inteligente de ayudar a su cerebro
Los fosfolípidos, junto con otros nutrientes como las vitaminas B, son cruciales para la función cerebral. Con un poco de apoyo de estos ácidos grasos esenciales y cofactores, su cerebro puede funcionar a su nivel más alto y hacer girar todos los cilindros hasta una edad avanzada.
¿Qué son los fosfolípidos?
Para que las células cerebrales desempeñen todas sus funciones vitales, es esencial que las hormonas, los neurotransmisores y otros materiales puedan entrar y salir de las células. Esto requiere una membrana celular dinámica y flexible, y ahí es donde los fosfolípidos entran en juego...
Todos los lípidos (grasas) que contienen fósforo se denominan fosfolípidos y poseen propiedades «anfifílicas», que les permiten organizarse en capas paralelas formando una bicapa de fosfolípidos que envuelve la célula y crea una membrana celular completamente funcional. Esta capa contiene ácidos grasos tales como fosfatidilcolina y fosfatidil serina y actúa como una barrera semiporosa entre el contenido celular y el entorno exterior. La membrana celular es fundamental para la capacidad de la célula de realizar sus muchas funciones, lo que incluye:
Proporcionar barreras para proteger la célula.
Regular los procesos celulares relacionados con el crecimiento y la vigilancia inmunitaria.
Proporcionar vías para que diversas sustancias crucen la membrana.
Ayudar y regular el transporte de materiales y señales de neurotransmisores.
Ensamblar lipoproteínas que son esenciales para el transporte de triglicéridos y el colesterol en la sangre.
Los fosfolípidos son vitales para la estabilidad y la fluidez de las membranas celulares e influyen directamente en la química cerebral que ayuda a regular el estado de ánimo, la memoria, la concentración y la comprensión.
Función cognitiva
Como todos los tejidos, las membranas celulares sufren daños y reparaciones constantes. Si los fosfolípidos dañados no se reemplazan, las membranas celulares comienzan a deteriorarse, la célula se vuelve cada vez más disfuncional y muere, finalmente. Una alta rotación de fosfolípidos es un factor de apoyo crítico para ayudar a que las células cerebrales y el cerebro funcionen de manera óptima. La investigación ha comprobado que esto es cierto, los estudios han identificado que los pacientes de edad avanzada que sufren de la enfermedad de Alzheimer tienden a tener niveles mermados de fosfolípidos en las células nerviosas dentro del cerebro. La fosfatidilcolina en particular es de gran interés para los investigadores debido a su impresionante potencial para favorecer la salud cerebral. Su valor proviene de su participación en el crecimiento de nuevas células cerebrales y conexiones neuronales, a la vez que protege las células cerebrales y nerviosas.
Los niveles bajos de ácido fólico, vitamina B6 y B12 también son comunes entre las personas mayores y se han relacionado con el daño de las células nerviosas. En algunos estudios, la suplementación con estas vitaminas B en particular demostró mejorar algunos aspectos de la inteligencia en las personas mayores.
También hay que tener en cuenta que el cerebro y los tejidos relacionados son los principales objetivos del daño oxidativo debido a los altos niveles de fosfolípidos que se encuentran en las membranas de las células cerebrales. Los fosfolípidos son extremadamente vulnerables al daño de los radicales libres, que con frecuencia se cita como un factor clave en la disminución de la función cognitiva y la memoria durante el envejecimiento. Con la creciente prevalencia de la demencia y otros trastornos cognitivos, un buen suministro de fosfolípidos, antioxidantes y vitaminas B es una estrategia útil que vale la pena considerar.
Regular el estado de ánimo
Cuando se trata del equilibrio del estado de ánimo, los ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 se consideran beneficiosos. Son componentes clave de los fosfolípidos y constituyen alrededor del 50 % de la bicapa de fosfolípidos de las membranas celulares. Los ácidos grasos esenciales ayudan a mejorar la fluidez de las membranas, e influyen de manera crucial en el flujo de hormonas y en las transmisiones nerviosas que regulan el estado de ánimo.
Se ha demostrado que una deficiencia en los ácidos grasos esenciales que forman la membrana de fosfolípidos de las células cerebrales induce depresión y ansiedad. Los estudios han identificado que hay una disminución significativa en la proporción de omega 3 y omega 6 en aquellos que sufren de depresión aguda. Pescados como el salmón, la caballa, las sardinas, el atún fresco y el arenque contienen altos niveles de omega 3. También hay una serie de otros alimentos que ayudan a mantener el estado de ánimo, entre ellos:
El brócoli, las judías verdes, las legumbres, las lentejas, las judías y los plátanos son ricos en cromo y vitaminas B, que mejoran los procesos mentales.
El pollo y el pavo, así como el requesón, la avena, los plátanos y las nueces contienen triptófano, que ayuda a mantener la producción de serotonina, la hormona de la felicidad responsable de elevar el estado de ánimo.
El aceite de linaza, las semillas de linaza y las nueces proporcionan una fuente vegetariana de omega 3.
Los tres principales suplementos para favorecer la salud cerebral
1. Fosfatidilcolina
En general, nuestra ingesta total de fosfolípidos en la dieta se ha reducido significativamente. A medida que envejecemos, la tasa de producción de fosfolípidos en el cuerpo disminuye y no es fácil obtener suficiente de la dieta, especialmente si está tratando de reducir su consumo de carne. La fosfatidilcolina está directamente relacionada con la síntesis de acetilcolina, que es necesaria para la cognición, el aprendizaje y la formación de la memoria. La investigación muestra que una dosis única de fosfatidilcolina de 25 g mejora significativamente la memoria en solo 90 minutos.
2. Glutatión
Los antioxidantes ofrecen un apoyo vital para la salud mental y las afecciones neurológicas. Las personas mayores generalmente consumen menos antioxidantes, que son cruciales para proteger a los fosfolípidos en el cerebro del daño de los radicales libres. El glutatión es especialmente importante debido a su poderoso efecto antioxidante en las células cerebrales. Se considera que los pacientes con trastornos cognitivos tienen niveles de glutatión comprometidos, lo que hace que la suplementación con glutatión sea una terapia a considerar potencialmente eficaz.
3. Vitaminas B
Un creciente cuerpo de investigación proporciona pruebas convincentes de que el bajo nivel de vitamina B afecta a la función cognitiva. También parece que el estado de la vitamina B juega un papel clave en el deterioro cognitivo relacionado con la edad y el deterioro mental. La evidencia de una asociación entre el bajo nivel de folato y la demencia/enfermedad de Alzheimer se ha demostrado de forma consistente en varios estudios. Además, los bajos niveles circulantes de vitamina B12 también se han relacionado con un mayor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer.
Las claras ventajas de los suplementos liposomales
La tecnología de encapsulación liposomal utilizada en los productos Altrient utiliza fosfolípidos esenciales e incluye un alto porcentaje de fosfatidilcolina. Por lo tanto, cuando toma un suplemento liposomal de buena calidad como Altrient, no solamente recibe una fuente de los ingredientes activos encapsulados dentro del liposoma, sino que también obtiene una dosis terapéutica de fosfatidilcolina. Un producto Altrient no solo le proporciona nutrientes altamente biodisponibles, sino que también ofrece una fuente de fosfolípidos para ayudar a mantener la función de la membrana celular, el paquete perfecto para aquellos que buscan reforzar la función cerebral.
Jacqueline Newson, Licenciada (con honores) en Terapia Nutricional.
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