Plan nutricional de cuatro pasos para tratar la piel problemática
Las afecciones cutáneas problemáticas o el envejecimiento prematuro de la piel podrían afectar a tu autoestima. Sin embargo, optar por medicamentos recetados o tratamientos químicos tópicos a menudo resulta ser más una solución a corto plazo que a largo plazo. La científica de alimentos y terapeuta nutricional Susie Debice sugiere que nutrir la piel desde adentro, siguiendo un plan de nutrición de cuatro pasos, podría ayudarte a lograr los resultados más que deseas.
Las dolencias comunes de la piel varían desde la piel seca o grasa puntual hasta los más importantes eccemas, dermatitis, acné y psoriasis. Aunque cada una de estas afecciones cutáneas es muy diferente en cuanto a sus síntomas y factores contribuyentes, todas ellas pueden beneficiarse de cuatro estrategias nutricionales comunes clave que ofrecen un apoyo subyacente a la función de la piel y a su renovación celular.
Paso 1: Deshazte de la comida basura
Antes de repasar nuestros consejos de nutrición para la piel, veamos algunos factores de dieta y estilo de vida que podrían ser responsables de los molestos brotes cutáneos. Tienes que fijarte en los típicos responsables, los que tienden a tener un efecto ácido en las células y tejidos del cuerpo. ¡Eso es! Reducir el consumo de café, alcohol, azúcar, carbohidratos refinados y alimentos procesados puede tener un impacto positivo en el tono de tu piel. Y si te has esforzado mucho últimamente, irte a dormir un poco temprano y concentrarte en la hidratación diaria con 2 o 3 litros de agua al día puede ayudarte a decirte adiós a las ojeras o la hinchazón bajo los ojos para lograr una piel con un brillo natural.
Paso 2: Salud intestinal
Es habitual que los problemas de la piel sean el reflejo de un nivel de desequilibrio intestinal. Por ello, algunas afecciones cutáneas tienden a responder bien a las dietas que eliminan los alimentos desencadenantes de alergias o intolerancias alimentarias comunes, tales como los lácteos, el gluten, el trigo, la soja e incluso los tomates o las fresas. Estas reacciones inmunes intestinales a los alimentos pueden implicar un nivel de inflamación que daña el delicado revestimiento intestinal, lo que resulta en una afección llamada intestino permeable que se ha asociado con acné, rosácea e incluso eccema.
La pared del intestino alberga aproximadamente el 70 % de las células inmunes del cuerpo y se ve afectada y nutrida por el diverso microbioma intestinal, el cual juega un papel importante en la función correcta del intestino y en su regularidad. Reducir el estrés, mantenerse hidratado y comer mucha fibra soluble de frutas blandas (ciruelas pasas, peras, ciruelas, manzanas), verduras y granos integrales como la quinua, la avena y las legumbres, todo esto ayuda a favorecer la función intestinal y equilibrar el microbioma intestinal. Añadir un apoyo digestivo adicional con un suplemento de microbioma de buena calidad también es una buena idea para ayudar a controlar mejor los brotes de la piel.
Paso 3: Equilibrio de grasas
Estamos acostumbrados a escuchar sobre el papel de las grasas saturadas y cómo contribuyen a las enfermedades cardíacas, el control de peso y la obesidad, pero los tipos de grasas en tu dieta también podrían influir en las afecciones inflamatorias de la piel como el eccema, la psoriasis y el acné. El cuerpo convierte fácilmente las grasas saturadas en hormonas inflamatorias llamadas prostaglandinas y leucotrienos que podrían intensificar los brotes cutáneos. Es hora de reducir la carne roja, los productos lácteos (queso, mantequilla, crema, helado y yogur) que contienen grasas saturadas. Pero recuerda, ¡es importante que no abandones las grasas por completo!
Hay un grupo de ácidos grasos omega esenciales que son importantes para la salud y recuperación de la piel. Estos omegas 3 se encuentran en nueces, semillas de chía, pescado azul y aceite de linaza que el cuerpo puede convertir en prostaglandinas antiinflamatorias, por lo que son útiles para nutrir la piel desde adentro. Para obtener una ración diaria saludable de omega 3, sustituye el aceite de oliva por aceite de lino en los aliños para ensaladas, reemplaza la carne roja por una porción de salmón o trucha y añade una cucharada grande de semillas de chía a los cereales del desayuno y aperitivos de nueces en lugar de galletas.
Paso 4: Céntrate en los nutrientes
La superficie de la epidermis tiene una capa resistente y protectora de células muertas, que se desgastan continuamente y se reemplazan por nuevas células, que a su vez se producen en la parte inferior de la epidermis. Este proceso de renovación de la piel requiere nutrientes como yodo, cinc, vitamina A y vitaminas B2, B3 y biotina.
Algunas afecciones de la piel están condicionadas por un desequilibrio hormonal subyacente (a menudo de testosterona), como el acné o las espinillas que aparecen durante la pubertad, o justo antes de la menstruación, o las manchas de la piel que se producen durante la menopausia. El cinc es un mineral importante para el mantenimiento de los niveles normales de testosterona, por lo que es clave para los problemas cutáneos de tipo hormonal. Entre los alimentos ricos en cinc se encuentran las semillas de calabaza, el pescado y la carne.
El principal culpable de los daños en la piel es el estrés oxidativo celular que tiende a generarse por la exposición a radicales libres. La vitamina C ayuda a neutralizar los radicales libres y a proteger las células de los efectos nocivos del estrés oxidativo. Entre los alimentos que son ricos en vitamina C se encuentran las bayas moradas y rojas, kiwi, bayas de goji, cítricos, perejil y vegetales de hoja verde, por lo que encontrar formas de incluirlos en su dieta diaria es muy importante para mejorar el estado de la piel. Si te gusta comenzar el día con un batido por la mañana, podrías considerar añadir una cucharadita de acai, rosa mosqueta o baobab en polvo, que también son buenas fuentes de vitamina C. El estrés suele mermar los niveles de vitamina C, por lo que a menudo es aconsejable pensar en completar la dieta con Altrient C liposomal como parte de tu ritual diario para la piel.