¡La hierba no es siempre tan verde!
1 de cada 4 personas padecen alergia al polen, también conocida como rinitis alérgica estacional, y normalmente tiene su causa en algo tan inofensivo como el polen de la hierba.
Lamentablemente, este alérgeno desencadena una respuesta inmunológica extrema. El sistema inmune expulsa sustancias químicas como la histamina hacia los conductos nasales que provocan síntomas muy similares al del resfriado común. La mayoría de pacientes presentan síntomas como mucosidad, estornudos constantes, congestión de los senos nasales, respiración ruidosa y picor en los ojos.
También puede provocar debilidad y afectar a la capacidad de trabajar y funcionar con normalidad. No en vano, muchas personas recurren a medicamentos para contrarrestar los síntomas. Los antihistamínicos, descongestionantes, agentes anticolinérgicos y corticoides, se emplean con frecuencia en el tratamiento de la rinitis alérgica.
Mientras que estos fármacos pueden tener un efecto considerable en el alivio de los síntomas, en algunas personas provocan efectos secundarios no deseados, tales como: mareos, alteración de los procesos del pensamiento, somnolencia y visión borrosa.
La buena noticia es que para muchas personas los síntomas mejoran a medida que envejecen. Aproximadamente la mitad de las afectados experimentan cierta mejoría en los síntomas con los años. En aproximadamente un 10-20% de las personas afectadas, los síntomas desaparecen completamente.
Si prefiere no recurrir a los fármacos convencionales, la madre naturaleza tiene algunos trucos en la manga que podrían eliminar los síntomas molestos y ayudar a pasar mejor la temporada del polen. Los buenos hábitos nutricionales y la incorporación de algunos suplementos seleccionados cuidadosamente, podrían significar un paso en la dirección correcta.
Probióticos
Primero hay que recargar las bacterias beneficiosas. Garantizar el equilibrio correcto de la flora intestinal beneficia a su sistema inmune y ayuda a protegerle contra los alérgenos. Los estudios han identificado que el Lactobacillus acidophilus, concretamente, tiene un papel fundamental en reducir las reacciones alérgicas al polen.
Los suplementos probióticos se fabrican de muchas maneras, generalmente en cápsulas o polvos, pero las bacterias beneficiosas se pueden encontrar también en alimentos fermentados como el yogur, el queso y el kéfir, o en verduras fermentadas como el chucrut y los encurtidos.
Quercetina
Comer mucha fruta y verdura, sobretodo arándanos, pimientos y cebollas. Todos éstos contienen quercetina, un flavonoide que, según los estudios realizados bloquea la producción y liberación de histamina. Si se toma un suplemento, la dosis recomendada para la rinitis alérgica son 250-600 mg tres veces al día y unos diez minutos antes de las comidas.
Bromelina
Añadir piña a las ensaladas de frutas. Contiene bromelina, una enzima natural que digiere proteínas y se ha demostrado que mejora la eficacia de la quercetina. La bromelina es también un potente antiinflamatorio que por sí mismo puede ser útil para reducir la inflamación de la nariz y de los senos paranasales. Se cree que una dosis adicional de 90 mg al día es beneficiosa.
Vitamina C
No nos olvidemos de la querida vitamina C, algo que ya asociamos con el refuerzo de nuestro sistema inmunitario. También parece ser beneficiosa para el tratamiento de la alergia al polen. Los estudios sugieren que puede prevenir la secreción de histamina.
Parece ser que cuanta menos vitamina C hay en el plasma de la sangre, más aumenta la histamina. Se cree que una dosis diaria de 2 g reduce los síntomas. Además de sus beneficios para la salud, la vitamina C no es tóxica y prácticamente no tiene efectos secundarios. Sin embargo, para obtener 1 g de vitamina C tendría que comer aproximadamente 100 fresas, así que en este caso los suplementos parecen una opción más fácil.
Lamentablemente, el cuerpo humano tiene dificultades en absorber grandes cantidades de vitamina C de golpe, debido a la regulación de los controles de absorción del cuerpo. De la vitamina C que normalmente ingerimos por vía oral, podemos absorber el 98% de una dosis de 200 mg, pero en cuanto la dosis supera 1,2 g, la absorción baja hasta el 33% y se expulsa rápidamente del cuerpo a través de la orina.
Por esta razón es importante elegir un método de entrega que esquive los estrictos controles de absorción en los intestinos. * El Altrient C es una vitamina C liposomal capaz de hacer eso mismo porque está encapsulada dentro de pequeños liposomas que transportan los nutrientes directamente a las células y los protegen de la oxidación y la degradacion causada por los procesos digestivos. Este proceso optimiza los efectos de la vitamina C y suministra casi el 100% a las células que lo necesitan.
Petasita (Petasites hybridus)
No es algo que vaya a encontrar normalmente en su armario de las medicinas, pero esta hierba se ha utilizado tradicionalmente para tratar el asma, la bronquitis y para reducir la mucosidad. Los estudios también han señalado que puede ayudar con la rinitis alérgica, un estudio en concreto encontró que un extracto de petasita tuvo tanto efecto como un medicamento común.
La dosis recomendada es de 500 mg al día durante un máximo de 16 semanas. * La petasita no debe tomarse durante los períodos de embarazo y lactancia, ya que podría interferir con otras hierbas, suplementos y medicamentos. Solo se debe tomar bajo la supervisión de un profesional de la salud.
Cargarse bien de estas maravillas nutritivas unos meses antes de que empiece la estación del polen, ¡debería darle suficientes defensas para disfrutar felizmente del sol y la naturaleza!